11 enero 2007

Aimé: Prólogo

Aimé es uno de los proyectos estancados que he prometido terminar (y lo haré, porque entre los fans del pequeño prólogo se encuentran dos de mis "favourite people of all times"). Ha avanzado bastante y citando al Maestro "lo importante es saber el principio y el final, y luego... lo del medio, se va escribiendo". El principio os lo dejo aquí y el final lo conozco así que en cuanto tenga tiempo para tomarme un café (Aimé se escribe en cafeterías en días de lluvia, no me preguntéis por qué, no sabría dar una respuesta) probablemente lo acabe (o eso o la parte central será más larga de lo que pienso y necesitaré más de una tarde de cafés). Ah! Es un relato infantil...
PD: La ilustración pertenece, como no, a Mr Barros (pero la hizo hace muuuuuucho tiempo en una galaxia muy lejana.

Aimé era un muchacho normal. No se puede decir que le gustase el fútbol, ni la música de la radio, ni las revistas, ni salir al campo, ni jugar con aparatos electrónicos. Al margen de estos pequeños detalles, Aimé era un muchacho corrient. Lo único que destacaba en su vida eran dos cosas: que conocía exactamente la fecha de su muerte, y que era incapaz de llorar. Lo uno lo supo desde el día en que nació, lo segundo lo decidió el día que conoció a la dama de la guadaña por primera vez. Fue entonces cuando hicieron un trato que nunca, jamás, ninguno de los dos podría romper.

***

A Eloise le gustan los gatos. Michelene es su mejor amigo, ha estado con ella desde que puede recordarlo. Papá y mamá dicen que Michelene no es un gato de verdad pero Eloise sabe que sí lo es. Es más, lo único que podría diferenciar a su amigo de un gato de verdad es su aspecto. Michelene nació siendo un conejo de peluche, pero fue criado entre gatos, así que se considera a sí mismo un gato de adopción. A Michelene no le gusta la ensalada y le gustan los ojos de avestruz. Marie y Pierre, los padres de Eloise, están un poco preocupados por la obsesión de su hija con los ojos.

Hoy es 12 de Febrero, Michelene no ha salido a jugar. A la puerta de Aimé un conejo maúlla sin cesar.

-Calla – Dice Aimé.

A Aimé no le gustan los gatos. Ni siquiera los gatos que parecen conejos. Él prefiere a los gorriones y las golondrinas, a los cuervos y las urracas, a las serpientes y los tiburones. Pero no a los gatos.

A Aimé no le gusta que lo molesten mientras desayuna. La primea comida del día es uno de sus momentos favoritos, no porque le guste comer sino porque le gusta disfrutar del primer cacao del día en silencio mientras organiza cuidadosamente las tareas que desempeñará durante el día. Lo que acostumbra a hacer es sentarse a la mesa de la cocina y remover su cacao en la taza con una cuchara larga mientras con la mano derecha escribe en un pequeño cuaderno de hojas ralladas todo lo que tiene por hacer.

Esta mañana tan sólo llegó a cubrir la mitad de su día. Justo cuando anotaba con su cuidada caligrafía:

-12:40 Recoger la gabardina del tinte.

Michelene entraba en escena.

No muy lejos de la puerta de Aimé un curioso acontecimiento tenía lugar. El señor Garth cedía el paso a Miss Halloway que pasó de atusarse el precioso pelo rizado de color avellana a sentir una presión áspera y cortante alrededor de su largo y brillante cuello de porcelana, herencia de una exquisita educación victoriana.

Y en ese mismo momento muy, muy lejos de París, Isobel cumplía 20 años. No había cientos de amigos a su alrededor pero acababa de despertarse y miraba fijamente a la única vela clavada con saña en una magdalena rellena de chocolate.

-Feliz cumpleaños, Isobell – Murmuró hacia la traviesa llama que le calentaba los párpados. Luego cogió aire disponiéndose a apagarla.

-¡No!

Gritó alguien a su derecha.

-¿Qué quieres decir con no?

-No puedes apagarla hasta pedir un deseo.

Lancelot la miraba fijamente, en su tono de voz se adivinaba cierto enfado.

-Siempre lo haces mal. Primero pides el deseo, luego cierras los ojos y lo último es soplar. Nunca va a funcionar si te empeñas en hacerlo al revés.

Isobel se olvidó de la vela por un momento y se debruzó en la mesa mirando a Lancelot a los ojos. Lo cierto es que siempre tenía que hacer esto cuando quería hablar con él de cosas serias e importantes, ya que pronto descubrió que sería mucho más alta que el osito de felpa con botones por nariz y ojos y boca en forma de cruz que ahora criticaba sus métodos de pedir deseos.

-¿Sabes? Hay lugares en los que primero se hace pasar un anillo a través de la vela y luego se pide el deseo. Así que no creo que seas un experto en el tema.

-¡Paparruchas! Además nunca pides nada que valga la pena. Como aquella vez que cumpliste 15 años por primera vez y querías que Marcel te regalase una rosa.

-¿Qué tienen de malo las rosas si se puede saber?

-¿Qué tienen de bueno? Se quedan en un jarrón aburriéndose hasta el fin de sus días. Rosas... ¿por qué no una espada? ¿O un castillo en las montañas? ¿o un té con la Dama del Lago? Sabes, últimamente no me sacas nada de casa y los soldaditos verdes empiezan a aburrirme.

-De todos modos no funcionó.

-Porque lo haces siempre mal, ya te lo he dicho.

Insistió Lancelot.

***

Aimé abrió la puerta y dedicó una mirada crítica al conejo de felpa. Michelene se atusó los bigotes y se sentó en sus patas traseras, estirando las delanteras sobremanera, al modo que él consideraba el más elegante para la ocasión.

-Miau- dijo.

Lejos de sorprenderse, Aimé se rascó la cabeza.

-Miau- insistió Michelene.

-¿Sabes? Los conejos no maúllan, pero supongo que no importa. Veamos –añadió el muchacho mientras sacaba una libreta azul celeste de su bata de casa a cuadros escoceses- si hoy es jueves tú eres Mich... ¿pero qué haces?

El gatonejo se paseaba entre las piernas de Aimé, moviendo su naricilla naranja en un frenesí armónico y ligeramente desacompasado que pretendía marcar el ritmo de un ronroneo fallido.

-Eh, eh! Yo no te he dicho que hagas eso. En fin...

Aimé comenzaba a estar cansado, y el día no hacía más que empezar. Cansancio, últimamente era en lo único en lo que podía pensar.

4 comentarios:

Jorge Iván Argiz dijo...

ANNA por partida doble, ¡qué bien!

Rakel Archer dijo...

oooOOOOoooH!

MEL dijo...

O_O dejà vu!




XD

AnnaRaven dijo...

Jorge,
Uff. No sé yo si eso será bueno o malo ;)

RKL
:D

Mel:
Shep, pero tengo algo nuevo que contar jejeje :)